“Afortunadamente nuestra empresa puede virar rápidamente hacia donde va la demanda. No así otras”, dijo Germán Montoya, cofundador de Rokk3r, un grupo basado en Miami, dedicado a crear y a invertir en empresas en el campo de las tecnologías exponenciales, y a transformar empresas tradicionales con esas tecnologías.
Para los legos, la lista de estas tecnologías que aceleran rápidamente incluye campos como los de Inteligencia Artificial (IA), realidad aumentada, realidad virtual, ciencia de datos, biología digital, medicina, nanotecnología y fabricación digital, redes, robótica y vehículos autónomos.
“Obviamente tenemos un montón de proyectos que pararon. Negocios que tenían que ver con finca raíz o retail. Todos están en pausa”, dijo refiriéndose al efecto de la pandemia.
“Por fortuna nuestros activos, que son los programadores, son recursos que van a ser importantes”, dijo para comparar contra otras empresas con grandes volúmenes de activos fijos. Esa flexibilidad, sostiene, les permitirá cambiar pronto en un mundo en el que “no gana el más inteligente, ni el más fuerte, sino el que más se pueda adaptar”. En áreas como en la aglomeración de información, o en la construcción de esquemas seguros ve un nuevo mundo interesante y de mayor inversión.
La IA, a juicio
Con una visión mucho menos optimista, algunos hablan mal de tecnologías como IA. La pandemia también mostró que la inteligencia artificial está lejos de ser la solución a todos los problemas del mundo, como tantas veces los cibérfilos lo quieren vender.
Germán Montoya inicialmente defiende la tecnología. “Esta misma crisis hace diez años hubiera sido muchísimo más grave. Hoy estamos todos conectados. Lo que se aprende en una parte del mundo se aplica en la otra. Hay más de 2 millones de científicos todos unidos, luchando contra una sola causa”.
Añadió otra prueba: la Plaga Española de 1918 mató 50 millones de personas. “Las propagandas de ese momento eran las mismas: use máscaras, haga distanciamiento social. Pero no teníamos la comunicación ni la colaboración que tenemos hoy”.
Señaló que las condiciones reales del mundo han dificultado las cosas. Por ejemplo, recordó que el 20% de la población del planeta vive bajo el nivel de pobreza. “No es que la sociedad funcionara bien antes”. Aun así, cree la humanidad estaba más lista que nunca para encarar la crisis de este año. “Si hubiera sido hace 5, 15, 20 años, esto hubiera sido mucho más desastroso”.
No obstante, reconoció que la IA se vende como una herramienta que da menos de lo que promete. “Tienes razón en que la promesa de la inteligencia artificial es mucho más grande que la realidad. Que estamos todavía en los primeros momentos y que para que funcione como es prometida en la ciencia ficción, necesita no solamente de miles y millones de datos todos en la misma base de datos, sino de procesamiento rapidísimo. Cosas que todavía no están. Ni la una ni la otra”.
Sectores promisorios
Montoya prevé que en el “nuevo normal” las cosas serán diferentes y que las tecnologías exponenciales ayudarán más en el mundo de la recuperación.
Una es el trabajo remoto. “Nos hemos dado cuenta que muchas cosas se pueden hacer en forma remota, con eficiencia y economía. Eso es algo que las compañías van a aprender y que se traducirá en un montón de softwares de control y de manejo”. También en cambios en la sociedad cuando las familias estén más tiempo juntas sin trasladarse. “Es una sociedad que nunca hemos vivido. Cuando vivimos todos juntos éramos campesinos”.
Considera que esto traerá también un cambio legal interesante para permitirles a las personas trabajar más desde sus casas. “Esto tiene implicaciones de todo tipo. En el valor del comercio y en el espacio para oficinas”.
También cambiarán cosas en el mundo. Percibe que habrá un sistema de comunicación y de datos mucho más unido que antes y más apertura al uso cámaras y de vigilancia. “Vamos a entender que tendremos que estar conectados y prevenidos para la próxima”.
Piensa finalmente, que habrá más humildad y reconocimiento de enemigos comunes como las enfermedades y la pobreza. “Empezamos a ver que esos problemas se pueden ir solucionando en forma conjunta y en colaboración. Si estamos hablando de cosas que van a acelerarse, la colaboración mundial va a ser una de ellas”.
Allí ve que hay un gran campo de desarrollo para la IA. “Para cosas mundiales como el manejo de aguas, educación, salud, esquemas de alerta, la inteligencia artificial va a tener una gran oportunidad. Creo que se va a acelerar en 5 o 10 años”.