Un mundo sin COVID-19 y sin humo (abierto para no suscriptores)

La carrera de Phillip Morris International por conseguir los dos objetivos. Entrevista con Andrea Costantini.  

Hoy una filial de Phillip Morris International (PMI) trabaja frenéticamente en la producción de una vacuna contra el COVID-19. Emplean una aproximación novedosa con las proteínas que produce la planta de tabaco para defenderse de una secuencia genética del virus. Hace tres semanas produjo una Vacuna de Partículas Similares a Virus (VLP) del coronavirus, que ahora debe someterse a estudios preclínicos y que posiblemente se empiece a probar en humanos en el mes de julio.

Mientras tanto Philip Morris se dedica a desarrollar nuevas formas para mover a los mil millones de fumadores de cigarrillo que hay en el mundo y que no quieren dejar ese hábito, hacia sistemas que calientan el tabaco en vez de quemarlo.

“Estas alternativas exponen al usuario en promedio a un 95% menos de sustancias tóxicas o cancerígenas comparado con la exposición al humo del cigarrillo”, le dijo a Latin Trade Andrea Costantini, líder del área de asuntos científicos de Philip Morris International para Latinoamérica y Canadá.

¿Qué tipo de sustitutos para el cigarrillo podrían aparecer en los próximos dos años en el mercado?

Actualmente hay varias alternativas a los cigarrillos, desarrolladas por diferentes empresas de investigación a nivel mundial. El común denominador de todas ellas es que entregan nicotina, eliminando la combustión. Cabe resaltar que el humo que se genera al quemar el tabaco es el que contienen las sustancias tóxicas y cancerígenas responsable del daño que sufre el fumador. Contrario a lo que la creencia popular indica, la nicotina (si bien no es una sustancia libre de riesgos) no es la principal responsable del daño causado por el cigarrillo.

En Philip Morris estamos trabajando en este momento en cuatro alternativas diferentes; todas ellas libres de humo, es decir, sin combustión.

Dos de estas alternativas contienen tabaco y en las mismas el tabaco se calienta sin quemarse. El sistema de calentamiento de tabaco eléctrico ya se encuentra a la venta en más de 50 países y al día de hoy ya hay mas de 11 millones de usuarios, con más de 6 millones que abandonaron por completo el cigarrillo de combustión para cambiar a esta alternativa en forma exclusiva. La otra alternativa que contiene tabaco lo calienta sin quemarlo por medio de una fuente de carbón. Este producto aún no está disponible comercialmente.

Las otras dos alternativas no contienen tabaco y entregan nicotina. Una de ellas entra en la categoría de lo que se conoce normalmente como producto de vapeo o cigarrillo electrónico y también está comenzando a comercializarse en varios países del mundo.

En Philip Morris estamos trabajando para lograr que estos productos estén disponibles lo más pronto posible en la mayor cantidad de países posibles para que los adultos fumadores que, a pesar de todo van a continuar fumando, tengan a su alcance alternativas a los cigarrillos de combustión que representen un menor riesgo de daño para su salud y puedan cambiarse a ellas.

Si las tendencias actuales se mantuvieran, ¿en cuánto tiempo se tendría un mundo sin fumadores? ¿Se debería acelerar ese proceso?

Gracias a las estrategias de control de tabaco, la prevalencia de fumadores en el mundo afortunadamente ha disminuido en las últimas décadas. Pero a pesar de todos los esfuerzos que se están realizando para prevenir la iniciación y fomentar la cesación, en el mundo aún existen más de mil millones de fumadores. Y las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que este número no variará en un futuro previsible.

Para alcanzar el objetivo de disminuir la carga que el cigarrillo ocasiona en materia de salud pública, es decir, para reducir la cantidad de gente que se enferma y muere por fumar cigarrillos, es necesario implementar estrategias de reducción de daño en la población de adultos fumadores que a pesar de todo continuarán fumando.

Para este grupo de personas en particular, los adultos fumadores que no van a dejar de fumar, los productos que entregan nicotina de manera similar a los cigarrillos pero que eliminan la combustión representan una mejor alternativa a continuar fumando cigarrillos. Al eliminar la combustión estas alternativas exponen al usuario en promedio a un 95% menos de sustancias tóxicas o cancerígenas comparado con la exposición al humo del cigarrillo. Ya existe evidencia científica que demuestra que estas alternativas representan un menor riesgo de daño para la salud comparado con fumar cigarrillos. Y es esperable que, tal como lo ha manifestado la autoridad regulatoria de EE.UU. (Food & Drug Administration – FDA) en su autorización para la comercialización en dicho país de nuestro dispositivo de tabaco calentado eléctricamente, si bien al día de hoy no se cuenta con estudios a largo plazo que hablen de la reducción del riesgo de desarrollo de enfermedades, muy probablemente esta reducción en la exposición a tóxicos y cancerígenos tenga un efecto positivo en la salud pública mostrando una reducción en el riesgo de desarrollo de enfermedades relacionadas con fumar en un futuro.

Para que esto sea posible es primordial que estas alternativas libres de combustión se encuentren disponibles y al alcance de todos los fumadores que a pesar de todos los esfuerzos van a continuar fumando, para que puedan cambiar a ellas y abandonar el cigarrillo de combustión. En Philip Morris estamos enfocando nuestros esfuerzos en que esto pueda ser así lo más pronto posible, para poder lograr un futuro libre de humo.

¿Cuáles son los peligros del mal uso de instrumentos que no queman tabaco?

Las alternativas de tabaco calentado son productos que, si bien no son libres de riesgo, representan una mejor alternativa que continuar fumando cigarrillos, para aquellos adultos fumadores que van a continuar fumando.

Pero para lograr disminuir el riesgo, es primordial que estos productos sean utilizados correctamente.

La forma en la cual el sistema de calentamiento de tabaco es utilizado, fue evaluada en un estudio de percepción y comportamiento realizado en adultos fumadores de EE.UU. y presentado a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) como parte de la información científica detrás de este sistema. En dicho estudio se detectaron dos potenciales situaciones de mal uso.

La primera, utilizar las unidades de tabaco para calentar sin el dispositivo y la segunda, utilizar el dispositivo de calentamiento de tabaco con otro producto que no sean las unidades de tabaco para calentar.

En el primer caso, utilizar las unidades de tabaco sin el dispositivo, el riesgo se genera al encender (quemar) la unidad de tabaco diseñada para calentar, y usarla tal como se hace con un cigarrillo de combustión. Si este fuera el caso se expondría al usuario a un riesgo similar al observado durante el uso de un cigarrillo, ya que se estaría inhalando humo de combustión. Para prevenir esto, el diseño de las unidades de tabaco para calentar fue modificado, envolviendo el tabaco en papel aluminio, de manera que se previene su combustión autosostenida.

En lo que respecta a la segunda situación, cabe destacar que para poder generar efectivamente un aerosol, el tabaco debe estar especialmente acondicionado tal como ocurre en las unidades de tabaco para calentar. De dicha manera se logra un calentamiento suficiente y homogéneo que genera el aerosol. Si se utilizara otro producto no acondicionado especialmente para ser calentado, como por ejemplo un cigarrillo de combustión, no se lograría generar efectivamente aerosol. Así mismo, el diámetro de las unidades de tabaco para calentar es menor al de un cigarrillo de combustión, con el objetivo de prevenir que el sistema de calentamiento sea utilizado con otro producto que no sean las unidades de tabaco para calentar.

Los resultados de este estudio sugieren un bajo riesgo de mal uso del sistema, y que el mismo muy probablemente sea utilizado por los adultos fumadores tal como fue diseñado.

Tanto el mal uso del producto como el uso de este por población no intencionada son temas que Phillip Morris toma con mucha seriedad y ambos son vigilados de manera constante como parte del programa de evaluación post-comercialización.

Cabe resaltar que estos productos representan una mejor alternativa a seguir fumando cigarrillos solo para aquellos adultos fumadores que a pesar de todos los esfuerzos seguirán haciéndolo, ya que los productos de tabaco calentado disminuyen significativamente la exposición a sustancias tóxicas y/o cancerígenas comparado con el humo de un cigarrillo. Estas alternativas de no están destinadas a no fumadores, exfumadores y menores; y de ninguna manera deben ser utilizadas por estos grupos.

¿PMI está haciendo alguna investigación relacionada con el COVID-19 en el momento? ¿En qué campo?

Philip Morris está invirtiendo capital y esfuerzos para transformase y pasar a ser una empresa de ciencia y tecnología. Como parte de esto ya en el año 2013 Philip Morris International (PMI) adquirió una participación en Medicago, una compañía biofarmacéutica con sede en la ciudad de Quebec, Canadá y actualmente tiene aproximadamente el 30% de las acciones de la compañía.

Medicago anunció el 13 de marzo que ha producido exitosamente una Vacuna de Partículas Similares a Virus (VLP) del coronavirus justo 20 días después de obtener el gen SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad COVID-19). La producción de la VLP es el primer paso hacia el desarrollo de una vacuna para COVID-19, la cual se someterá ahora a un estudio preclínico de seguridad y eficacia. Una vez finalizado, Medicago espera discutir con las Agencias Sanitarias para iniciar los estudios del a vacuna en humanos.

Esta compañía se caracteriza por no utilizar huevos -como la mayoría de las compañías- para el desarrollo de vacunas, sino plantas como la del tabaco. En muchos casos los fabricantes de ciertas vacunas inyectan el virus en los huevos, donde se propaga. Pero usar huevos es costoso, toma mucho tiempo y está lejos de ser perfecto.

Esta compañía usa plantas, un enfoque relativamente nuevo que ha visto mucho avance en la última década. Lo que se hace es insertar una secuencia genética en una bacteria del suelo que es absorbida por las plantas (agrobacterium). De esta manera, la planta empieza a producir la proteína que luego puede ser usada como una vacuna.

Esto es un claro ejemplo de la seriedad de la transformación que hoy día estamos viviendo en Philip Morris International.

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