El centro perdido

América Latina crece demasiado lentamente. Por eso le costará mucho crear condiciones de vida dignas para todos. Creció desde 2000 hasta 2016 a un mediocre 2,6% por año. A la vez, otras 56 economías emergentes –sin China– crecie­ron 4,8%. Sin duda la falta de productividad que se gene­ra por la carencia de educación en administración o el pobre diseño de política pública han tenido que ver, pero el McKinsey Global Institute (MGI) ofrece una nueva for­ma de ver y abordar la solución a este problema.

En la región, dice la entidad, se han generado dos vacíos enormes que ahora impiden un avance econó­mico más acelerado. La falta de empresas medianas, de un lado, y la ausencia de una clase de consumidores de ingresos intermedios, de otro, son los dos “medios” que desaparecieron en la región.

Andrés Cadena, coautor del reporte y miembro del Consejo Global del MGI, explicó cómo la región tiene unas pocas empresas grandes y una cola larga de em­presas pequeñas de productividad muy escasa, que son las responsables del bajo crecimiento y de que se paguen salarios bajos. Hay una tremenda escasez de empresas medianas, modernas, globalmente competitivas y pro­ductivas. “Los países de América Latina tienen entre la mitad y tres cuartas partes de las empresas medianas y grandes de países con su mismo tamaño”, dijo.

Por el otro lado, los bajos ingresos de los consumido­res, que son producto de empleos en empresas de baja productividad y de economías con riqueza concentrada, no ofrecen suficiente demanda para apoyar la produc­ción y el ahorro para soportar la inversión de las empre­sas medianas. “El 75% de la población de América Latina constituye el 40% del consumo total, frente al 60% en paí­ses comparables”, explicó Cadena.

Sin esos dos “medios” la velocidad de crecimiento y, por supuesto, la posibilidad de mayor bienestar mate­rial futuro para todos están muy comprometidas. ¿Hay soluciones? Cadena destaca algunas que aparecen en el estudio.

La primera, ponerles más competencia a las empre­sas grandes. El entorno debe reducir el costo de entrada a nuevos competidores, mejorar el acceso a servicios fi­nancieros y reducir los trámites. Digitalizar para mejorar la productividad de las empresas más pequeñas es otra acción necesaria.

A la vez, por el lado de la demanda, hay que llevar las mejoras de productividad a las clases medias y po­bres con salarios más elevados. Simultáneamente, el Gobierno debe transformar digitalmente su operación, para mejorar y abaratar la entrega de servicios públicos.

La receta está clara: acciones sectoriales enfocadas para llenar los dos “medios” que no están. Es una pro­puesta refrescantemente novedosa y retadora. Falta la ejecución sin tregua.

Partidos políticos, empresarios, tra­bajadores ¿Quién quisiera liderarla?

Publicado en la edición Top500, de julio de 2019 de la revista Latin Trade.

 

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