Empresas latinas globales en un mundo más proteccionista

“Las multilatinas tienen la capacidad de adaptarse a nuevos entornos y sobreponerse a la volatilidad, pero tendrán que  fortalecer ambas cualidades para hacer frente a los nuevos desafíos proteccionistas”.

He escrito sobre la capacidad y la flexibilidad de las multilatinas para adaptarse a los nuevos entornos, sobreponerse a los períodos de volatilidad y superar crisis importantes. Esa capacidad está siendo puesta a prueba por el cambio de paradigma que estamos experimentando. Por un lado, el gobierno de Estados Unidos cuestiona el acuerdo del TLCAN en defensa de sus propios intereses económicos. Por otro lado, sacuden el status quo los escándalos de corrupción en Brasil (y otros países) y el nuevo dinamismo de las inversiones chinas.

Durante 20 años, las empresas mexicanas adaptaron sus organizaciones y estrategias para prosperar en el marco del acuerdo comercial del TLCAN. Así, México dejó de depender de las exportaciones de materias primas para convertirse en una economía construida sobre las bases sólidas de la excelencia industrial. Pero
de repente, Estados Unidos rechaza el acuerdo y las empresas se ven obligadas a buscar nuevos mercados para sus productos –entre ellos Latinoamérica y China– y a revisar sus estrategias. Al mismo tiempo, los inesperados aranceles de Estados Unidos al acero afectan directamente a Brasil, uno de los mayores exportadores de este rubro a dicho país.

La segunda de las amenazas proviene de los escándalos de corrupción de las multilatinas brasileñas, que también afectan el ánimo de los inversores en la región.

Durante el período 2009-2016, el valor de las operaciones de fusiones y adquisiciones aumentó en India, Corea y China; sin embargo, comparado con el período 2003-2008, las cifras de Brasil se redujeron de US$60.760 millones a US$28.800 millones. Las inversiones internacionales son una fuente de aprendizaje y se deben alentar, pero al mismo tiempo las empresas brasileñas están perdiendo su ventaja competitiva al quedarse en casa.

Finalmente, China pasó de la etapa de ser el mayor socio comercial de América del Sur a convertirse en uno de los principales inversores. Las empresas chinas ampliaron su presencia y ya no sólo están en la minería, el petróleo y la  agricultura, sino que también desembarcaron en el comercio electrónico, la electricidad y los bancos. Aunque tímidas al principio, en la actualidad se están empezando a convertir en grandes competidoras de las empresas latinoamericanos.

Los bancos brasileños, por ejemplo, pioneros en el uso de tecnología, lograron mantenerse a flote tanto en las buenas épocas como en los momentos difíciles con márgenes saludables y teniendo a raya a la mayoría de los principales bancos internacionales. ¿Podrán hacer lo mismo con los bancos más grandes del mundo: el ICBC o el Banco de China? ¿Podrán las empresas europeas de servicios públicos Iberdrola o Enel, así como las empresas brasileñas, competir con la estatal china  State Grid Corporation en el sector eléctrico?

El informe sobre las multilatinas de The Boston Consulting Group (BCG) de 2018 muestra cómo las 100 empresas más grandes lograron hacer crecer su valor de mercado 10 veces por encima del resto entre 2009 y 2017 gracias a su capacidad de adquisición, a saber conectarse con los consumidores, gestionar cadenas de valor y fomentar redes innovadoras a la vez que incentivar el talento.

Para enfrentar los desafíos anteriores, las multilatinas deberán fortalecer las habilidades descritas por BCG y en mis artículos anteriores, así como construir un sólido frente unido con los gobiernos que precisan reconocer el poder del sector privado para contribuir al desarrollo general de una nación.

LOURDES CASANOVA, catedrática senior y directora académica del
Instituto de Mercados Emergentes, Escuela de Negocios Johnson,
Universidad de Cornell. [email protected]

Esta nota fue publicada en la edición TOP500 2018 de Latin Trade

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