Sustentabilidad Corporativa: La nueva obligación

Jerry Haar y Carlos Parra

¿El objetivo exclusivo de la corporación es maximizar el beneficio y el valor para los accionistas o tiene la obligación de hacer más? Esta cuestión -y dilema- ha sido debatida vigorosamente desde que Milton Friedman planteó que la única responsabilidad de las empresas debe ser el negocio.
Este crisol es ahora una cuestión discutible. Puesto que es comúnmente aceptado que si bien el crecimiento corporativo y la rentabilidad son importantes, las corporaciones deben ir más allá de la viabilidad financiera y actuar como administradores ambientales, promover la responsabilidad social, la justicia y la equidad, avanzar el desarrollo económico y exhibir un comportamiento ético ejemplar, transparencia y responsabilidad.
Edward Freeman propuso entender la sostenibilidad corporativa como alinear los productos y servicios de una organización con las expectativas de las partes interesadas, agregando así valor económico, ambiental y social.

Hay una serie de factores que han contribuido a una mayor difusión del pensamiento y la acción empresarial con respecto a la sostenibilidad en América Latina. Estos incluyen la liberalización económica y la necesidad de competir operando según los estándares internacionales y los puntos de referencia establecidos por las corporaciones globales y un ambiente de mayor estabilidad política y económica.

En las alianzas multisectoriales latinoamericanas que involucran al sector público, así como organizaciones sin fines de lucro y organismos multilaterales, han permitido al sector privado aprovechar los recursos comunes y explotar las sinergias de una manera que beneficie a todos. Por ejemplo, Citi (Banamex) se asoció con Pepsico (Sabritas) en una iniciativa de cadena de suministro inclusiva que proporcionó financiamiento preferencial a 250 pequeños agricultores productores de semillas de girasol en Zacatecas, México, gracias a una garantía de cartera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) . Estos agricultores también recibieron asistencia técnica en prácticas de cultivo sin desperdicios, y el uso óptimo de agua para calificarlos como proveedores para Sabritas, que extendió un acuerdo de compra. Los agricultores también recibieron educación financiera de Banamex para mejorar sus capacidades de creación de activos. Existen muchos más ejemplos de asociaciones multisectoriales en torno a esquemas de distribución inclusivos, estrategias de reducción de la huella, consumo sostenible y responsable.

Afortunadamente, las escuelas de negocios tanto en América Latina como en los Estados Unidos están atendiendo a la necesidad de incluir la sostenibilidad en sus planes de estudios a nivel de maestrías de administración de negocios. Escuelas de negocios líderes como la Universidad de los Andes en Colombia, el Tec de Monterrey en México y la Fundación Getúlio Vargas en Brasil están a la vanguardia de la educación corporativa en sostenibilidad. En los Estados Unidos, la Universidad de Vermont ofrece un MBA en emprendimiento sostenible; y la Universidad Internacional de la Florida (FIU), en colaboración con el BID, ofrecerán un MBA de Impacto, en inglés y español, con la sostenibilidad corporativa infundida a lo largo de todo el plan de estudios. El programa involucra 6 residencias de una semana en las Américas y tiene como objetivo producir graduados que puedan desarrollar y ejecutar estrategias, asociaciones e iniciativas que creen valor compartido, aprovechen la materialidad de los actores y mitiguen los riesgos mientras se expanden las ventajas competitivas para sus organizaciones.

Los estudios empíricos demuestran de manera concluyente que las empresas que integran la sostenibilidad corporativa en su estrategia de negocio obtienen mejores resultados financieros que aquellas que no lo hacen. Con herramientas de medición y clasificación ampliamente disponibles, incluidas las recientemente lanzadas IndexAmericas del Banco Interamericano de Desarrollo, las empresas multinacionales (y multilatinas eventualmente) pueden rastrear su desempeño, al igual que las partes interesadas.

La evolución de la sostenibilidad corporativa ha sido tal que para las empresas de renombre ya no es una opción sino una necesidad. Lograr buenos resultados haciendo el bien se ha convertido en un principio fundamental de la empresa del siglo XXI, y las escuelas de negocios en las Américas deben desempeñar un papel prominente en asegurar que esto continúe siendo el caso.
Jerry Haar y Carlos Parra son profesores e investigadores en el Colegio de Negocios de la Universidad Internacional de la Florida.

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